PATATAS HUECAS
Esta sencilla receta la difundieron ayer en televisión. La propuso una espectadora llamada Tita que vive en un pueblo de Zamora. Explicaba que su abuela y su madre ya la cocinaban.
Me gustó desde lo rápido de su proceso hasta su nombre, pasando por lo económico de sus ingredientes. No me he podido resisitir y, a pesar de mi gripe, hoy mismo las he cocinado. La textura es similar a la de unos buñuelos de patata.
Troceamos tres patatas y las hervimos en una cazuela con agua que simplemente las cubra y un poco de sal. Una vez están tiernas, las escurrimos bien y las pasamos a un bol o ensaladera dónde las pisaremos con un tenedor. Tita insistió en que no se utilizara la batidora para no convertirlas en puré.
A continuación añadimos dos huevos con una pizca de sal y lo revolvemos todo bien. Incorporamos un vaso de leche y homogeneizamos.
Una vez todo mezcladito añadimos cuatro o cinco cucharadas de harina, sazonamos de nuevo y seguimos mezclando evitando los grumos. Por último añadimos un sobre de levadura.
La masa ha de quedar trabadita, de modo que no resbale del tenedor.
Finalmente, ayudandoos con dos cucharas soperas, cojemos un poco de la masa y vamos formando una especie de buñuelos que inmediatamente pasamos a freír en una sartén con abundante aceite caliente hasta que estén bien doraditos.
Me gustó desde lo rápido de su proceso hasta su nombre, pasando por lo económico de sus ingredientes. No me he podido resisitir y, a pesar de mi gripe, hoy mismo las he cocinado. La textura es similar a la de unos buñuelos de patata.
Troceamos tres patatas y las hervimos en una cazuela con agua que simplemente las cubra y un poco de sal. Una vez están tiernas, las escurrimos bien y las pasamos a un bol o ensaladera dónde las pisaremos con un tenedor. Tita insistió en que no se utilizara la batidora para no convertirlas en puré.
A continuación añadimos dos huevos con una pizca de sal y lo revolvemos todo bien. Incorporamos un vaso de leche y homogeneizamos.
Una vez todo mezcladito añadimos cuatro o cinco cucharadas de harina, sazonamos de nuevo y seguimos mezclando evitando los grumos. Por último añadimos un sobre de levadura.
La masa ha de quedar trabadita, de modo que no resbale del tenedor.
Finalmente, ayudandoos con dos cucharas soperas, cojemos un poco de la masa y vamos formando una especie de buñuelos que inmediatamente pasamos a freír en una sartén con abundante aceite caliente hasta que estén bien doraditos.
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