ALCACHOFAS ESTOFADAS
Hace frío y es tiempo de las riquísimas alchachofas. Estas que os propongo son fáciles de hacer, poco calóricas y salen muy buenas. La receta la tenía perdida en el baúl de la memoria y el otro día, después de años sin preparlas me acordé.
Me enseñó a hacerlas mi tía Isabel, quien se las preparaba como nadie a mi prima Paloma. Parece que estoy viendo a mi tía en la cocina del piso de Conde Altea, con la cazuela al fuego y las alcachofas cociendo despacito...
En primer lugar, troceáis unas cebollas a lo largo o en aros y las ponéis en una cazuela honda. A continuación, limpiáis de sus hojas duras y parte del tallo, el número de alcachofas que queráis tomar por comensal, las partís por la mitad, o a cuartos, o las dejáis enteras (cuánto más grandes, más tardarán en hacerse), las frotáis con limón para que no ennegrezcan y las incorporáis sobre la cebolla.
(Por ejemplo podéis poner una cebolla hermosa por cada tres alcachofas)
Posteriormente lo sazonáis todo y lo aliñáis con aceite de oliva, un chorrito de vinagre, unas bolitas de pimienta, un poco de pimentón dulce, una o dos hojitas de laurel y si os gusta, un ajo entero, aunque podéis prescindir de él. Añadís agua que las cubra, pero no en exceso y dejáis cocer lentamente a poco fuego hasta que estén bien blanditas.
Deliciosas.
Me enseñó a hacerlas mi tía Isabel, quien se las preparaba como nadie a mi prima Paloma. Parece que estoy viendo a mi tía en la cocina del piso de Conde Altea, con la cazuela al fuego y las alcachofas cociendo despacito...
En primer lugar, troceáis unas cebollas a lo largo o en aros y las ponéis en una cazuela honda. A continuación, limpiáis de sus hojas duras y parte del tallo, el número de alcachofas que queráis tomar por comensal, las partís por la mitad, o a cuartos, o las dejáis enteras (cuánto más grandes, más tardarán en hacerse), las frotáis con limón para que no ennegrezcan y las incorporáis sobre la cebolla.
(Por ejemplo podéis poner una cebolla hermosa por cada tres alcachofas)
Posteriormente lo sazonáis todo y lo aliñáis con aceite de oliva, un chorrito de vinagre, unas bolitas de pimienta, un poco de pimentón dulce, una o dos hojitas de laurel y si os gusta, un ajo entero, aunque podéis prescindir de él. Añadís agua que las cubra, pero no en exceso y dejáis cocer lentamente a poco fuego hasta que estén bien blanditas.
Deliciosas.
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