SALMOREJO
El salmorejo es una especie de gazpacho frío de tomate de espesa textura muy típico de Andalucía, en particular de Córdoba.
No es tan popular como el tradicional gazpacho y no gusta a todo el mundo, pero a mí me encanta.
Lo he preparado pocas veces y tenía su receta perdida, pero en una de mis viejas carpetillas he encontrado su modo de preparación. No pierdo pues la oportunidad de compartirla con vosotros.
Necesitaremos para unas 4 personas:
1 kilo de tomates buenos y muy rojos y maduros
150 grs de miga de pan (si es de pueblo, mejor)
100 ml de aceite de oliva
1 diente de ajo sin el "nerviecillo"
1 cucharadita de sal
3 huevos duros
100 grs de buen jamón serrano.
En primer lugar, hay que pelar los tomates. Para facilitar este trabajo, podemos escaldarlos un par de minutos en agua bien caliente.
Una vez pelados, los troceamos y reservamos en un cuenco grande.
A continuación, añadimos la miga de pan troceada.
Vertemos por encima el aceite de oliva y dejamos que se impregnen bien el pan y los tomates.
Incorporamos la sal y el ajo bien picadito y lo pisamos todo ello con un tenedor.
Esta mezcla deberá reposar unos 20-30 minutos.
Pasado este tiempo, trituraremos con la batidora a media-baja potencia hasta dejar una pasta homogénea, que esté bien trabadita.
Por último, no tenemos más que emplatar, bien en cazuelitas individuales o en una ensaladera con los huevos duros y el jamón troceados por encima.
Hay que tomarlo bien frío.
No es tan popular como el tradicional gazpacho y no gusta a todo el mundo, pero a mí me encanta.
Lo he preparado pocas veces y tenía su receta perdida, pero en una de mis viejas carpetillas he encontrado su modo de preparación. No pierdo pues la oportunidad de compartirla con vosotros.
Necesitaremos para unas 4 personas:
1 kilo de tomates buenos y muy rojos y maduros
150 grs de miga de pan (si es de pueblo, mejor)
100 ml de aceite de oliva
1 diente de ajo sin el "nerviecillo"
1 cucharadita de sal
3 huevos duros
100 grs de buen jamón serrano.
En primer lugar, hay que pelar los tomates. Para facilitar este trabajo, podemos escaldarlos un par de minutos en agua bien caliente.
Una vez pelados, los troceamos y reservamos en un cuenco grande.
A continuación, añadimos la miga de pan troceada.
Vertemos por encima el aceite de oliva y dejamos que se impregnen bien el pan y los tomates.
Incorporamos la sal y el ajo bien picadito y lo pisamos todo ello con un tenedor.
Esta mezcla deberá reposar unos 20-30 minutos.
Pasado este tiempo, trituraremos con la batidora a media-baja potencia hasta dejar una pasta homogénea, que esté bien trabadita.
Por último, no tenemos más que emplatar, bien en cazuelitas individuales o en una ensaladera con los huevos duros y el jamón troceados por encima.
Hay que tomarlo bien frío.
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