"CROCRETAS"
"Crocretas" es como llama a las croquetas Joan, el hijo de mi sobrina Bárbara.
Joan cumplió tres años el pasado día 16 y en su último viaje a Valencia, me "ayudó" a hacerlas.
Le coloqué un paño de cocina a modo de delantal y se subió a un taburete junto a mi.
Observó todo el proceso prestando mucha atención y colaboró en lo que estaba a su alcance: desmenuzar el pollo con sus manitas y rebozar las croquetas en pan rallado una vez listas.
Al principio no entendía nada, porque cuando le dije que íbamos a hacer croquetas, me preguntaba que dónde estaban: no sabía que de esa mezcla de ese polvo blanco llamado harina, leche y poco más íbamos a ir haciendo "bolitas" que luego se iban a convertir en sus "crocretas" preferidas.
La verdad es que ésta es una receta muy básica y que nunca me había planteado publicar, pero solo por recordar aquellos inolvidables momentos junto a Joanet, vale la pena dejarlo escrito.
Por cierto, luego él y su hermano Iker, que tiene año y medio, dieron buena cuenta de ellas.
Señal de que estarían ricas!!!
Ingredientes para unas 12 o 14 unidades:
2 cucharadas de margarina o mantequilla
Un poco de aceite de oliva suave o girasol
4 cucharadas de harina
1/2 litro de leche que no esté fría
1 pechuga de pollo cocida (ideal la que sobra de hacer un buen caldito)
1 huevo batido
Pan rallado
Sal
Modo de preparación:
Previamente habremos desmenuzado el pollo, bien cortándolo muy pequeño con la tijera o bien con las manos, como hizo Joan.
Empezaremos la bechamel poniendo la mantequilla en una sartén antiadherente, a fuego bajito. Cuando esté derretida, añadís el aceite, homogeneizando bien ambos ingredientes.
Incorporáis la harina y le dais unas vueltas hasta que se haga una especie de masa y se despegue de la sartén.
A continuación vais añadiendo muy poquito a poco la leche mezclándola bien con las varillas o con un tenedor con el fin de que no se hagan grumos.
Añadís y añadís la leche hasta que se forme una pasta espesa, incorporáis el pollo y lo dejáis unos 5 minutos más sin parar de remover para que no se queme.
Sazonáis bien y, si os gusta, sazonáis también con un poco de pimienta y nuez moscada (yo no puse ni uno ni lo otro por los nenes)
Después pasáis la masa a una fuente o plato hondo, lo tapáis y lo dejáis enfriar más o menos una hora, para poder trabajarlo bien.
Finalmente hay que darles forma. Yo las hago con dos cucharas: tomáis una cucharada de bechamel y vais pasándola de una cuchara a otra hasta conseguir forma cilíndrica, vamos forma de croqueta!!
No llenéis demasiado la cuchara pues os quedarían muy grandes.
Conseguida la forma (al principio no os quedarán perfectas, pero todo se andará) las rebozáis generosamente en huevo batido y posteriormente en pan rallado.
Las freís en aceite que esté bien calentito y las reserváis en una fuente sobre papel de cocina para que absorba un poco el sobrante de grasa.
Se pueden tomar recién hechas o tibias o frías... En todo caso, ya sabéis: es una receta con la que no se falla y que gusta a todo el mundo.
Ah! el pollo se puede sustituir por jamón, por setas previamente sofritas, por queso rallado... Buenísimas!!
Joan cumplió tres años el pasado día 16 y en su último viaje a Valencia, me "ayudó" a hacerlas.
Le coloqué un paño de cocina a modo de delantal y se subió a un taburete junto a mi.
Observó todo el proceso prestando mucha atención y colaboró en lo que estaba a su alcance: desmenuzar el pollo con sus manitas y rebozar las croquetas en pan rallado una vez listas.
Al principio no entendía nada, porque cuando le dije que íbamos a hacer croquetas, me preguntaba que dónde estaban: no sabía que de esa mezcla de ese polvo blanco llamado harina, leche y poco más íbamos a ir haciendo "bolitas" que luego se iban a convertir en sus "crocretas" preferidas.
La verdad es que ésta es una receta muy básica y que nunca me había planteado publicar, pero solo por recordar aquellos inolvidables momentos junto a Joanet, vale la pena dejarlo escrito.
Por cierto, luego él y su hermano Iker, que tiene año y medio, dieron buena cuenta de ellas.
Señal de que estarían ricas!!!
Ingredientes para unas 12 o 14 unidades:
2 cucharadas de margarina o mantequilla
Un poco de aceite de oliva suave o girasol
4 cucharadas de harina
1/2 litro de leche que no esté fría
1 pechuga de pollo cocida (ideal la que sobra de hacer un buen caldito)
1 huevo batido
Pan rallado
Sal
Modo de preparación:
Previamente habremos desmenuzado el pollo, bien cortándolo muy pequeño con la tijera o bien con las manos, como hizo Joan.
Empezaremos la bechamel poniendo la mantequilla en una sartén antiadherente, a fuego bajito. Cuando esté derretida, añadís el aceite, homogeneizando bien ambos ingredientes.
Incorporáis la harina y le dais unas vueltas hasta que se haga una especie de masa y se despegue de la sartén.
A continuación vais añadiendo muy poquito a poco la leche mezclándola bien con las varillas o con un tenedor con el fin de que no se hagan grumos.
Añadís y añadís la leche hasta que se forme una pasta espesa, incorporáis el pollo y lo dejáis unos 5 minutos más sin parar de remover para que no se queme.
Sazonáis bien y, si os gusta, sazonáis también con un poco de pimienta y nuez moscada (yo no puse ni uno ni lo otro por los nenes)
Después pasáis la masa a una fuente o plato hondo, lo tapáis y lo dejáis enfriar más o menos una hora, para poder trabajarlo bien.
Finalmente hay que darles forma. Yo las hago con dos cucharas: tomáis una cucharada de bechamel y vais pasándola de una cuchara a otra hasta conseguir forma cilíndrica, vamos forma de croqueta!!
No llenéis demasiado la cuchara pues os quedarían muy grandes.
Conseguida la forma (al principio no os quedarán perfectas, pero todo se andará) las rebozáis generosamente en huevo batido y posteriormente en pan rallado.
Las freís en aceite que esté bien calentito y las reserváis en una fuente sobre papel de cocina para que absorba un poco el sobrante de grasa.
Se pueden tomar recién hechas o tibias o frías... En todo caso, ya sabéis: es una receta con la que no se falla y que gusta a todo el mundo.
Ah! el pollo se puede sustituir por jamón, por setas previamente sofritas, por queso rallado... Buenísimas!!
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