SOPA DE CEBOLLA

La receta de esta exquisita y contundente sopa de cebolla es de mi madre, aunque como os he dicho en la receta del lomo gratinado, mi amiga Pili P. me ha dado algún truquito que todavía la mejora más.
También la he probado, preparada de un modo exquisito, en el restaurante El Pino, de Chera. Si nos acercamos a comer por allí en estos fríos meses de invierno, no hay día que no la pida.

En primer lugar, pocháis bastante cebolla previamente cortada finita y salpimentada, en aceite y mantequilla a partes iguales.No se trata de freírla, si no más bien de ir rehogándola poco a poco para que quede bien blandita y dulce.
A continuación le añadís un buen chorro de coñac y dejáis que reduzca un poco.
Una vez reducido el coñac, le añadís el agua (más o menos un vaso por persona) una pastilla de concentrado de carne y una cucharada de bovril. Si sóis pocos comensales, tendréis que poner media pastilla y una cucharadita pequeña, ya que de lo contrario, estará muy fuerte.
Lo lleváis a ebullición y mantenéis el hervor unos minutos.
Posteriormente incorporáis el pan cortado a rebanadas, unas dos o tres por persona, según os guste más o menos trabada la sopa.
Para finalizar el plato, podéis proceder de dos modos:
- poner la sopa en cazuelitas de barro individuales, añadir encima una loncha de queso para fundir tipo havarti y gratinar en el horno ó:
- poner la loncha de queso en el plato de cada comensal y verter por encima la sopa muy muy caliente que derretirá con su alta temperatura la loncha de queso.
Servidla calentita y disfrutad.

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