TARTA CAPUCHINA
Esta deliciosa, además de calórica y perfecta tarta para subir el colesterol, la preparé el pasado día 17 de agosto, cumpleaños de mi hija Sandra.
A ella le encanta, y como en esas fechas estábamos en Requena y no conseguí que me la hicieran en ninguna pastelería, decidí atreverme a ver que pasaba.
Es muy laboriosa y, como he dicho, no muy aconsejable para tomar a menudo, pero si os gusta este tipo de pastel y seguís las indicaciones, sale espectacular.
La receta la seguí al pie de la letra de mi indispensable "1080 recetas de cocina" de Simone Ortega.
Ingredientes para unas 8 personas
Base:
10 yemas
1 clara
2 cucharadas soperas de maicena
Un poco de mantequilla para untar el molde.
Almíbar de emborrachar:
1½ decilitros (más o menos 1 vaso y medio de los de vino) de agua
150 grs de azúcar
La corteza de un limón
Baño de yema:
3 yemas
125 grs de azúcar,
1 vaso de los de vino de agua más 1 cucharadita de las de café también de agua
En primer lugar, untamos con bastante mantequilla un molde de unos 22 cms de diámetro y unos 5 de alto, y lo metemos en la nevera para que endurezca.
A continuación batimos las 10 yemas y la clara con batidora eléctrica o de mano, en este último caso durante unos 20 minutos. Agregamos entonces la maicena tamizada con un colador o cedazo, para que se airee.
Se mezcla sin mover más que lo justo y necesario, y se vierte en el molde que teníamos reservado en la nevera.
Seguidamente, colocamos éste en un cacharro amplio con agua que estará hirviendo y lo llevamos al fuego para que cueza muy despacio, durante unos 8 o 10 minutos más o menos, hasta que se formen unas burbujitas en la superficie de la masa.
Es aconsejable poner unas cáscaras de huevo en el agua para que no salpique.
Metemos entonces el preparado en el horno (previamente calentado durante 10 minutos) y con fuego muy flojo durante aproximadamente unos 25 a 30 minutos.
Pinchamos con con un alambre y si sale la aguja limpia, sacamos y reservamos.
Mientras está en el horno, vamos haciendo primero el almíbar de emborrachar.
Para ello, cocemos el agua junto con el azúcar y la corteza de limón durante unos 5 a 7 minutos. No ha de espesarse demasiado. Reservamos.
En segundo lugar, preparamos el baño de yema como sigue:
Con el agua y el azúcar hacemos otro almíbar algo más espeso, para lo que se deja unos 10 minutos cociendo.
En otro cacharro resistente al fuego ponemos las yemas con una cucharadita de las de café de agua fría, y se añade poco a poco el almíbar sin dejar de remover.
Llevamos al fuego y se dejamos hervir unos 3 minutos más, moviendo continuamente en forma de 8, con unas varillas, hasta que espese. Apartamos y dejamos templar.
Una vez fuera del horno la capuchina, pinchamos con un alambre fino, sin llegar al fondo del molde, y por los agujeritos se vierte el almíbar.
No os cortéis, os parecerá que la estáis "aguando" demasiado, pero una vez fría queda perfecta.
Después de bien embebido, se pasa un cuchillo todo alrededor del molde y se vuelca en la fuente donde se vaya a servir.
Se vierte entonces muy despacio el baño de yema, y con un cuchillo ancholo esparcimos hasta los bordes para que quede todo cubierto.
Metemos en la nevera durante unas 6 horas como mínimo, pudiendola hacer la víspera.
A ella le encanta, y como en esas fechas estábamos en Requena y no conseguí que me la hicieran en ninguna pastelería, decidí atreverme a ver que pasaba.
Es muy laboriosa y, como he dicho, no muy aconsejable para tomar a menudo, pero si os gusta este tipo de pastel y seguís las indicaciones, sale espectacular.
La receta la seguí al pie de la letra de mi indispensable "1080 recetas de cocina" de Simone Ortega.
Ingredientes para unas 8 personas
Base:
10 yemas
1 clara
2 cucharadas soperas de maicena
Un poco de mantequilla para untar el molde.
Almíbar de emborrachar:
1½ decilitros (más o menos 1 vaso y medio de los de vino) de agua
150 grs de azúcar
La corteza de un limón
Baño de yema:
3 yemas
125 grs de azúcar,
1 vaso de los de vino de agua más 1 cucharadita de las de café también de agua
En primer lugar, untamos con bastante mantequilla un molde de unos 22 cms de diámetro y unos 5 de alto, y lo metemos en la nevera para que endurezca.
A continuación batimos las 10 yemas y la clara con batidora eléctrica o de mano, en este último caso durante unos 20 minutos. Agregamos entonces la maicena tamizada con un colador o cedazo, para que se airee.
Se mezcla sin mover más que lo justo y necesario, y se vierte en el molde que teníamos reservado en la nevera.
Seguidamente, colocamos éste en un cacharro amplio con agua que estará hirviendo y lo llevamos al fuego para que cueza muy despacio, durante unos 8 o 10 minutos más o menos, hasta que se formen unas burbujitas en la superficie de la masa.
Es aconsejable poner unas cáscaras de huevo en el agua para que no salpique.
Metemos entonces el preparado en el horno (previamente calentado durante 10 minutos) y con fuego muy flojo durante aproximadamente unos 25 a 30 minutos.
Pinchamos con con un alambre y si sale la aguja limpia, sacamos y reservamos.
Mientras está en el horno, vamos haciendo primero el almíbar de emborrachar.
Para ello, cocemos el agua junto con el azúcar y la corteza de limón durante unos 5 a 7 minutos. No ha de espesarse demasiado. Reservamos.
En segundo lugar, preparamos el baño de yema como sigue:
Con el agua y el azúcar hacemos otro almíbar algo más espeso, para lo que se deja unos 10 minutos cociendo.
En otro cacharro resistente al fuego ponemos las yemas con una cucharadita de las de café de agua fría, y se añade poco a poco el almíbar sin dejar de remover.
Llevamos al fuego y se dejamos hervir unos 3 minutos más, moviendo continuamente en forma de 8, con unas varillas, hasta que espese. Apartamos y dejamos templar.
Una vez fuera del horno la capuchina, pinchamos con un alambre fino, sin llegar al fondo del molde, y por los agujeritos se vierte el almíbar.
No os cortéis, os parecerá que la estáis "aguando" demasiado, pero una vez fría queda perfecta.
Después de bien embebido, se pasa un cuchillo todo alrededor del molde y se vuelca en la fuente donde se vaya a servir.
Se vierte entonces muy despacio el baño de yema, y con un cuchillo ancholo esparcimos hasta los bordes para que quede todo cubierto.
Metemos en la nevera durante unas 6 horas como mínimo, pudiendola hacer la víspera.
Una horita o dos antes de servirla, la cubrimos con azúcar glass y con un hierro que habremos puesto al rojo vivo en el fuego, hacemos un dibujo formando un enrejado.
Para este menester, yo utilicé un pincho de la barbacoa.
Si tenéis vitrocerámica, simplemente dejad la cobertura de azúcar o adornarla con un poco de nata o merengue por alrededor.
Es menos liosa de lo que parece, aunque eso sí, os llevará tiempo y dedicación prepararla.
Está buenísisma...!,
Para este menester, yo utilicé un pincho de la barbacoa.
Si tenéis vitrocerámica, simplemente dejad la cobertura de azúcar o adornarla con un poco de nata o merengue por alrededor.
Es menos liosa de lo que parece, aunque eso sí, os llevará tiempo y dedicación prepararla.
Está buenísisma...!,
Comentarios
Publicar un comentario