ACEITUNAS ALIÑADAS EXPRÉS
Este domingo pasado dimos un largo paseo desde Serra hasta el pico del Garbí.
Fuimos con Paqui y Ave y su hijo Carlos. Viven en nuestra finca, pero después de 2o años, lo de vecinos se queda un poco corto: son nuestros amigos.
Erramos el camino y lo que iba a ser una rápida subida de unos 50 minutos, se convirtió en una larga caminata de más de dos horas.
Nos dio tiempo de hablar de todo y de nada, de disfrutar a tope del espléndido paisaje de la puerta de la Calderona, y además de buscar, infructuosamente por cierto, una planta aromática para adobar aceitunas.
Muchos de vosotros la conoceréis. En Turís le llaman "sarcholiva", en Requena "ajedrea" y, según Paqui me contó, en la zona Cullera "morquera".
Pues bueno a raíz de nuestra búsqueda, mi amiga me enseñó a hacer una mini trampa para aliñar aceitunas sin tener que recurrir a lo que sería lo ideal: hacerlo con las recién cogidas del árbol, tal y como las preparaban nuestras madres o nuestras abuelas.
Así que os dejo la receta para matar el gusanillo de las auténticas aceitunas aliñadas y adobarlas acorde a los acelerados tiempos en que vivimos...
Compramos en cualquier tienda o supermercado aceitunas de sosa o manzanilla en tarro grande de cristal.
Las lavamos bien, en dos o tres ocasiones, para quitarles su regusto y dejarlas lo más suaves posible, desechando el caldo.
Hay dos tipo de adobo:
1.- Con la hierba aromática
2.- Con limón y laurel
En ambos casos, procederéis colocando en el fondo del bote de cristal o bien dos rodajitas de limón, si son pequeños, o una rodaja si es grande, además de unas hojitas de laurel previamente lavado.
En el caso de que utilicéis la hierba, simplemente pondréis en la base unas ramitas de la misma previamente lavadas y escurridas.
En ambos casos aliñáis con un chorretón de buen aceite de oliva y otro de vinagre de manzana (porque es más suave que el de vino; no vale el de módena)
Colocáis encima la mitad de las aceitunas y repetís la operación del adobo, incorporando las aceitunas que quepan hasta llenar el bote. No las apelmacéis, que les gusta estar holgaditas...
Cubrís con agua y dejáis macerar. Después dos o tres días (si es que podéis resistir..) estarán listas para su consumo.
Aguantan bien, pero, por supuesto, no tanto tiempo como las preparadas en crudo.
Paqui me dijo que no nos pasáramos de limón, pues las reblandecía en exceso.
Están riquísimas. A mi me encantan... Viviría de pan, aceite y olivas...
Fuimos con Paqui y Ave y su hijo Carlos. Viven en nuestra finca, pero después de 2o años, lo de vecinos se queda un poco corto: son nuestros amigos.
Erramos el camino y lo que iba a ser una rápida subida de unos 50 minutos, se convirtió en una larga caminata de más de dos horas.
Nos dio tiempo de hablar de todo y de nada, de disfrutar a tope del espléndido paisaje de la puerta de la Calderona, y además de buscar, infructuosamente por cierto, una planta aromática para adobar aceitunas.
Muchos de vosotros la conoceréis. En Turís le llaman "sarcholiva", en Requena "ajedrea" y, según Paqui me contó, en la zona Cullera "morquera".
Pues bueno a raíz de nuestra búsqueda, mi amiga me enseñó a hacer una mini trampa para aliñar aceitunas sin tener que recurrir a lo que sería lo ideal: hacerlo con las recién cogidas del árbol, tal y como las preparaban nuestras madres o nuestras abuelas.
Así que os dejo la receta para matar el gusanillo de las auténticas aceitunas aliñadas y adobarlas acorde a los acelerados tiempos en que vivimos...
Compramos en cualquier tienda o supermercado aceitunas de sosa o manzanilla en tarro grande de cristal.
Las lavamos bien, en dos o tres ocasiones, para quitarles su regusto y dejarlas lo más suaves posible, desechando el caldo.
Hay dos tipo de adobo:
1.- Con la hierba aromática
2.- Con limón y laurel
En ambos casos, procederéis colocando en el fondo del bote de cristal o bien dos rodajitas de limón, si son pequeños, o una rodaja si es grande, además de unas hojitas de laurel previamente lavado.
En el caso de que utilicéis la hierba, simplemente pondréis en la base unas ramitas de la misma previamente lavadas y escurridas.
En ambos casos aliñáis con un chorretón de buen aceite de oliva y otro de vinagre de manzana (porque es más suave que el de vino; no vale el de módena)
Colocáis encima la mitad de las aceitunas y repetís la operación del adobo, incorporando las aceitunas que quepan hasta llenar el bote. No las apelmacéis, que les gusta estar holgaditas...
Cubrís con agua y dejáis macerar. Después dos o tres días (si es que podéis resistir..) estarán listas para su consumo.
Aguantan bien, pero, por supuesto, no tanto tiempo como las preparadas en crudo.
Paqui me dijo que no nos pasáramos de limón, pues las reblandecía en exceso.
Están riquísimas. A mi me encantan... Viviría de pan, aceite y olivas...
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