TARTA DE MOKA Y GALLETAS
Con razón he engordado un poco... ¡Si no he parado de hacer deliciosas tartas!
Tendré que tener un poco de orden ya que la Navidad está a la vuelta de la esquina y luego me lamentaré...
Por de pronto os dejo la receta de esta facilísima y económica tarta de galletas y moka que preparé el sábado pasado en una de las habituales comidas con nuestros amigos de Requena y que no había hecho desde hacía unos 30 años...
Recordaba, más o menos, los pasos a seguir, pero como dudaba en las cantidades de la moka, recurrí a Simone Ortega que despejó mis incógnitas en su "1080 Recetas de Cocina".
Me la enseñó a hacer Tere, la madre de Salva M., un buen amigo de la juventud.
Tere era, y es, toda bondad, y aunque pasen mil años siempre tendrá un sitio en mi corazón.
Utilicé
1 tubo de galletas cuadradas tipo tostada
1 vaso de leche bien cargado de café descafeinado con dos cucharaditas de brandy y poco azucarado
1 tarrina de margarina de 500 grs, tipo Tulipán
2 cucharadas más de café descafeinado soluble tipo Nescafé
300 grs de azúcar glas (muy importante: ha de ser glas, en caso contrario se os quedará entera y os arruinará el postre)
2 yemas de huevo
Modo de preparación
Para hacer la moka, en primer lugar debemos batir bien la margarina hasta dejarla tipo pomada. Hacedlo siempre a mano, ya que con la batidora eléctrica la acabaríamos aguando.
A continuación mezclamos el azúcar con las yemas y con las dos cucharadas de Nescafé y cuando esté bien homogeneizada, vamos incorporando la mezcla a la margarina, poco a poco.
Posteriormente, vamos mojando galleta a galleta con el café con leche.
No os paséis, ya que si las empapáis mucho se romperán y os dificultarán el trabajo.
Una vez mojada la primera galleta, la untamos generosamente con la mezcla de moka por una sola cara.
En una primera operación, mojamos y untamos unas cinco o seis galletas y las depositamos en la fuente dónde vayamos a presentar la tarta.
Las hemos de colocar una detrás de otra, tal y como vienen en el paquete.
Sucesivamente vamos mojando y untando galletas y colocándolas una detrás de otra.
Cuando hayamos terminado, con la moka sobrante, cubrimos todo pastel y lo reservamos en la nevera.
Ha de reposar en frío unas horas y lo ideal es prepararlo la víspera.
Cuando vayamos a servirlo, hay que cortarlo en diagonal para que la vista y la textura sean perfectos.
Está delicioso y sólo tiene un fallo: ¡¡engorda!!
Tendré que tener un poco de orden ya que la Navidad está a la vuelta de la esquina y luego me lamentaré...
Por de pronto os dejo la receta de esta facilísima y económica tarta de galletas y moka que preparé el sábado pasado en una de las habituales comidas con nuestros amigos de Requena y que no había hecho desde hacía unos 30 años...
Recordaba, más o menos, los pasos a seguir, pero como dudaba en las cantidades de la moka, recurrí a Simone Ortega que despejó mis incógnitas en su "1080 Recetas de Cocina".
Me la enseñó a hacer Tere, la madre de Salva M., un buen amigo de la juventud.
Tere era, y es, toda bondad, y aunque pasen mil años siempre tendrá un sitio en mi corazón.
Utilicé
1 tubo de galletas cuadradas tipo tostada
1 vaso de leche bien cargado de café descafeinado con dos cucharaditas de brandy y poco azucarado
1 tarrina de margarina de 500 grs, tipo Tulipán
2 cucharadas más de café descafeinado soluble tipo Nescafé
300 grs de azúcar glas (muy importante: ha de ser glas, en caso contrario se os quedará entera y os arruinará el postre)
2 yemas de huevo
Modo de preparación
Para hacer la moka, en primer lugar debemos batir bien la margarina hasta dejarla tipo pomada. Hacedlo siempre a mano, ya que con la batidora eléctrica la acabaríamos aguando.
A continuación mezclamos el azúcar con las yemas y con las dos cucharadas de Nescafé y cuando esté bien homogeneizada, vamos incorporando la mezcla a la margarina, poco a poco.
Posteriormente, vamos mojando galleta a galleta con el café con leche.
No os paséis, ya que si las empapáis mucho se romperán y os dificultarán el trabajo.
Una vez mojada la primera galleta, la untamos generosamente con la mezcla de moka por una sola cara.
En una primera operación, mojamos y untamos unas cinco o seis galletas y las depositamos en la fuente dónde vayamos a presentar la tarta.
Las hemos de colocar una detrás de otra, tal y como vienen en el paquete.
Sucesivamente vamos mojando y untando galletas y colocándolas una detrás de otra.
Cuando hayamos terminado, con la moka sobrante, cubrimos todo pastel y lo reservamos en la nevera.
Ha de reposar en frío unas horas y lo ideal es prepararlo la víspera.
Cuando vayamos a servirlo, hay que cortarlo en diagonal para que la vista y la textura sean perfectos.
Está delicioso y sólo tiene un fallo: ¡¡engorda!!
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