ESPINACAS CON BECHAMEL
Receta procedente de.....
Pues no lo sé. Es tan fácil como hacer una bechamel y homogeneizarla cono unas espinacas hervidas. Así que, manos a la obra.
Podemos utilizar un manojo de espinacas limpio y libre de sus tallos o un bloque de espinacas congeladas o una bolsa de hojas de espinacas previamente preparadas y lavadas.
En todo caso, deberéis hervirlas en abundante agua con sal a la que yo añado una pastillita de caldo de ave para que les realce el sabor.
Una vez hervidas tendréis que escurrirlas muy bien dejándolas un tiempo en un colador. Esto es muy importante ya que si no les quitáis todo el líquido, aguarán la bechamel.
Mientras se van hirviendo las espinacas, id haciendo la bechamel.
Para ello, calentáis una cucharada de aceite en una sartén y le incorporáis dos cucharaditas de margarina o mantequilla. Cuándo ésta se ha derretido y con cuidado de que no se queme, añadís dos cucharadas soperas de harina bien llenitas y las rehogáis ligeramente añadiendo enseguida y poco a poco hasta 3 vasos de leche fría. Tenéis que mover constantemente para que no se formen grumos, trabando paulatinamente la salsa. Para que quede un poco más sabrosita, además de salar un poco, le ponéis media pastilla desmenuzada de caldo.
Cuándo ya habéis puesto toda la leche, dejáis hervir unos 5 minutos sin dejar de remover.
Mezcláis con las espinacas que teníamos reservadas, y lo colocáis todo en una fuente de horno. Las cubrimos con queso para gratinar y las introducimos en el horno, previamente calentado, hasta que el queso esté doradito.
Pues no lo sé. Es tan fácil como hacer una bechamel y homogeneizarla cono unas espinacas hervidas. Así que, manos a la obra.
Podemos utilizar un manojo de espinacas limpio y libre de sus tallos o un bloque de espinacas congeladas o una bolsa de hojas de espinacas previamente preparadas y lavadas.
En todo caso, deberéis hervirlas en abundante agua con sal a la que yo añado una pastillita de caldo de ave para que les realce el sabor.
Una vez hervidas tendréis que escurrirlas muy bien dejándolas un tiempo en un colador. Esto es muy importante ya que si no les quitáis todo el líquido, aguarán la bechamel.
Mientras se van hirviendo las espinacas, id haciendo la bechamel.
Para ello, calentáis una cucharada de aceite en una sartén y le incorporáis dos cucharaditas de margarina o mantequilla. Cuándo ésta se ha derretido y con cuidado de que no se queme, añadís dos cucharadas soperas de harina bien llenitas y las rehogáis ligeramente añadiendo enseguida y poco a poco hasta 3 vasos de leche fría. Tenéis que mover constantemente para que no se formen grumos, trabando paulatinamente la salsa. Para que quede un poco más sabrosita, además de salar un poco, le ponéis media pastilla desmenuzada de caldo.
Cuándo ya habéis puesto toda la leche, dejáis hervir unos 5 minutos sin dejar de remover.
Mezcláis con las espinacas que teníamos reservadas, y lo colocáis todo en una fuente de horno. Las cubrimos con queso para gratinar y las introducimos en el horno, previamente calentado, hasta que el queso esté doradito.
Comentarios
Publicar un comentario