CONSOMÉ QUINTAESENCIAL
La receta de este elaboradísimo consomé, la encontré en internet, en un blog de cocina canario, cuyo nombre no consigo recordar ahora.
Lo hice el día de Navidad de 2008 y como decía su autor era ni más ni menos que "oro líquido"
Si algún día tenéis tiempo y ganas, os aconsejo que lo preparéis: no os defraudará.
Para los once comensales que éramos, yo utilicé un kilo de carne de ternera (falda, babilla o morcillo), 1/2 kilo de carne magra de ternera picada, una pechuga de pollo o gallina, un buen hueso de ternera, otro hueso de jamón, 1/2 kilo de zanahorias, tres o cuatro puerros y dos claras de huevo. No lleva sal, pero si os gusta más sentidito, podéis añadirle una poca.
En una olla o puchero grandote, ponemos 3 litros de agua fría. Introducimos los ingredientes y llevamos a ebullición, desespumando de vez en cuando. Pasados unos 15 minutos y una vez bien desespumado, dejamos cocer a fuego lento y tapado unas 2 horas.
Después de ese tiempo, retiramos del fuego y dejamos enfriar, introduciéndolo en la nevera hasta el día siguiente.
Como era invierno y a mí no me cabía ese cacharro en la nevera, pues lo dejé en el balcón a la sombrita. Si no queréis esta opción, pues simplemente lo trasvasáis a otros tantos pucheros más pequeños y al frigo.
Al día siguiente, lo primero que haremos será retirar con la espumadera o paleta, la capa de grasa blanca que encontramos en la superficie, dejando el caldo dorado que había debajo.
En un puchero aparte, echamos la carne picada, le incorporamos las claras y removemos rápido con una cuchara de madera. Añadimos la mitad del caldo y llevamos a ebullición.
Una vez empieza a hervir, le incorporamos dos vasos de agua fría, es decir "lo asustamos", con el fin de que las claras no se peguen. Lo llevamos nuevamente a ebullición incorporándole el caldo que nos quedaba. Tapamos el puchero y lo dejamos cociendo otra hora más a fuego muy lento.
Pasado este tiempo, colamos ese caldo con un colador al que le habremos puesto un paño limpio de hilo o similar, para liberarlo de la carne picada y el resto de las impurezas.
Y ahí tenemos el resultado de tan laboriosa receta: un consomé exquisito como pocas veces habréis probado.
Con estas medidas a mí me salió justito, así que si queréis en vez de tres litros de agua, podéis poner cuatro para que sobre un poco.
Lo hice el día de Navidad de 2008 y como decía su autor era ni más ni menos que "oro líquido"
Si algún día tenéis tiempo y ganas, os aconsejo que lo preparéis: no os defraudará.
Para los once comensales que éramos, yo utilicé un kilo de carne de ternera (falda, babilla o morcillo), 1/2 kilo de carne magra de ternera picada, una pechuga de pollo o gallina, un buen hueso de ternera, otro hueso de jamón, 1/2 kilo de zanahorias, tres o cuatro puerros y dos claras de huevo. No lleva sal, pero si os gusta más sentidito, podéis añadirle una poca.
En una olla o puchero grandote, ponemos 3 litros de agua fría. Introducimos los ingredientes y llevamos a ebullición, desespumando de vez en cuando. Pasados unos 15 minutos y una vez bien desespumado, dejamos cocer a fuego lento y tapado unas 2 horas.
Después de ese tiempo, retiramos del fuego y dejamos enfriar, introduciéndolo en la nevera hasta el día siguiente.
Como era invierno y a mí no me cabía ese cacharro en la nevera, pues lo dejé en el balcón a la sombrita. Si no queréis esta opción, pues simplemente lo trasvasáis a otros tantos pucheros más pequeños y al frigo.
Al día siguiente, lo primero que haremos será retirar con la espumadera o paleta, la capa de grasa blanca que encontramos en la superficie, dejando el caldo dorado que había debajo.
En un puchero aparte, echamos la carne picada, le incorporamos las claras y removemos rápido con una cuchara de madera. Añadimos la mitad del caldo y llevamos a ebullición.
Una vez empieza a hervir, le incorporamos dos vasos de agua fría, es decir "lo asustamos", con el fin de que las claras no se peguen. Lo llevamos nuevamente a ebullición incorporándole el caldo que nos quedaba. Tapamos el puchero y lo dejamos cociendo otra hora más a fuego muy lento.
Pasado este tiempo, colamos ese caldo con un colador al que le habremos puesto un paño limpio de hilo o similar, para liberarlo de la carne picada y el resto de las impurezas.
Y ahí tenemos el resultado de tan laboriosa receta: un consomé exquisito como pocas veces habréis probado.
Con estas medidas a mí me salió justito, así que si queréis en vez de tres litros de agua, podéis poner cuatro para que sobre un poco.
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