GAZPACHO MANCHEGO DE LA TÍA CARMEN
Es una receta muy popular, que en toda la zona del interior de Valencia se hace con frecuencia y, por tanto, las variaciones son múltiples.
Desde hace bastante tiempo suelo cocinarlos. Es un plato fácil que en invierno resulta exquisito. La primera vez que lo hice seguí al pie de la letra las indicaciones que ponía en un lateral del paquete de torta y el resultado ya fue bueno. Luego he ido puliendo detalles con los comentarios de Marina, mi suegra o de mi tía Fina.
La receta que pongo, es diferente a la que yo hago habitualmente, pero, aún no habiéndola probado, creo que todavía saldrán más sabrosos. Me la dio mi amiga Marisa, este verano en una mañana de ocio en la Avenida de Requena.
Salpimentar ½ kilo pollo y ¾ kilo de conejo troceados, y ponerlos a cocer en una cazuela con unos dos litros de agua, dos o tres ajos y unas hojitas de laurel.
Cuándo la carne esté tierna, apartar y dejar escurrir bien. Reservar el caldo.
Por otra parte, en la sartén honda dónde vayamos a cocinar los gazpachos, sofreir la carne junto con tres o cuatro ajos a láminas, hasta que esté doradita, retirar y reservar (cuidado con que no se os quemen los ajos). añadir el tomate rallado y freir hasta que esté bien pochadito.
Rectificar de sal y sazonar con hierbas (tomillo, romero...)
Incorporar el caldo que habíamos reservado de hervir la carne (necesitaremos más o menos un litro y medio) y llevar a ebullición. Añadir la torta de gazpacho, en la medida de un buen puñado por persona y dejar cocer lentamente.
Mientras cuece, en un mortero hacer un majado del higadillo hervido, un ajo crudo (yo le quito la parte verde del interior para que no repita) y dos o tres bolitas de pimienta. Incorporar a los gazpachos y dejar cocer unos minutos más.
No han de quedar excesivamente caldosos, sino más bien jugosos.
Comer de inmediato bien calentitos con la carne aparte.
Desde hace bastante tiempo suelo cocinarlos. Es un plato fácil que en invierno resulta exquisito. La primera vez que lo hice seguí al pie de la letra las indicaciones que ponía en un lateral del paquete de torta y el resultado ya fue bueno. Luego he ido puliendo detalles con los comentarios de Marina, mi suegra o de mi tía Fina.
La receta que pongo, es diferente a la que yo hago habitualmente, pero, aún no habiéndola probado, creo que todavía saldrán más sabrosos. Me la dio mi amiga Marisa, este verano en una mañana de ocio en la Avenida de Requena.
Salpimentar ½ kilo pollo y ¾ kilo de conejo troceados, y ponerlos a cocer en una cazuela con unos dos litros de agua, dos o tres ajos y unas hojitas de laurel.
Cuándo la carne esté tierna, apartar y dejar escurrir bien. Reservar el caldo.
Por otra parte, en la sartén honda dónde vayamos a cocinar los gazpachos, sofreir la carne junto con tres o cuatro ajos a láminas, hasta que esté doradita, retirar y reservar (cuidado con que no se os quemen los ajos). añadir el tomate rallado y freir hasta que esté bien pochadito.
Rectificar de sal y sazonar con hierbas (tomillo, romero...)
Incorporar el caldo que habíamos reservado de hervir la carne (necesitaremos más o menos un litro y medio) y llevar a ebullición. Añadir la torta de gazpacho, en la medida de un buen puñado por persona y dejar cocer lentamente.
Mientras cuece, en un mortero hacer un majado del higadillo hervido, un ajo crudo (yo le quito la parte verde del interior para que no repita) y dos o tres bolitas de pimienta. Incorporar a los gazpachos y dejar cocer unos minutos más.
No han de quedar excesivamente caldosos, sino más bien jugosos.
Comer de inmediato bien calentitos con la carne aparte.
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